Iniquis afflictisque

En un clima algo más estable, las discrepancias entre los revolucionarios se mantuvo durante los mandatos presidenciales de Carranza (1917-1920), Obregón (1920-1924) y Plutarco Calles (desde 1924 a 1928).

Tras referirse a los destinatarios[2]​ de la encíclica, el texto expresa su contenido Ante esa situación el Papa señala que la única solución vendrá de la oración; anima a todos a mantener esa oración, siendo conscientes de que el hecho de que hasta ahora ella no haya estado acompañada de un cambio en la actitud del gobierno mexicano, no quiere decir que no haya tenido sus frutos en los fieles que, ayudados por la gracia divina, han resistido paciente y heroicamente esas presiones.

Así mismo se prohíbe que la Iglesia dirija escuelas primarias, o enseñe en los colegios privados.

Expone, a continuación, el Papa cómo han reaccionado los obispos, sacerdotes y fieles en México en defensa de la Iglesia.

El episcopado, con el refrendo de muchos fieles, presentaron al Congreso Nacional un escrito suplicatorio , que fue rechazado por unanimidad, con una sola excepción.

Entre tanto el Papa imparte a los Obispos de México, al clero y todo el pueblo la Bendición Apostólica.