Empezaron a crear tendencias de moda en ropa y actitudes que hoy pueden parecer exageradas, afectadas o incluso decadentes.Por ejemplo, algunos prefirieron ser llamado «incoyable» o «meveilleuse», evitando así la letra R, como en «révolution».Al finalizar este período, la sociedad dio un giro hacia algo más sobrio y modesto.[1] Muchos bailes públicos fueron bals des victimes, en los que jóvenes aristócratas que habían perdido a seres queridos en la guillotina bailaban vestidos de luto o llevaban brazaletes negros, saludándose unos a otros con movimientos violentos de cabeza, simulando la decapitación.Estas últimas se ataban por encima del tobillo con cintas cruzadas o cadenas de perlas.Algunas merveilleuses famosas fueron Mademoiselle Lange, Madame Récamier (que posó para un cuadro de Jacques-Louis David), así como Fortunée Hamelin y Hortense Beauharnais, dos criollas muy populares.
Caricatura francesa de los vestidos transparentes de las
Merveilleuse
titulada: "Ah, si él pudiera ver" donde un mendigo ciego pisa sin querer la orla del vestido de una dama a la moda, rasgando la fina tela y dejando sus nalgas al aire.