En ese momento se produjo una breve pero tensa discusión que quedó zanjada cuando los marroquíes encañonaron con sus AK-47 a los españoles y amenazaron con dispararles «por error».
Los agentes españoles, armados únicamente con sus pistolas reglamentarias, se retiraron y comunicaron el incidente a su base.
[7] Sin embargo, la opinión entre políticos, diplomáticos y militares no era unánime sobre la conveniencia ni el éxito de la operación (ver más adelante).
Estas palabras fueron empleadas por distintos líderes políticos, como Rodríguez Zapatero, que se refirió a la Operación como «los sucesos ocurridos al alba».
Los helicópteros del escuadrón 803 llevaban montadas ametralladoras en las puertas y dos de ellos despegan para cubrir la operación.
El descenso por cuerda rápida es descartado, al no estar los helicópteros Cougar equipados para ello, y los soldados saltan a tierra desde las aeronaves, encañonan al primer grupo de infantes marroquíes y los reducen sin encontrar resistencia.
Sin embargo, el fuerte viento tiene sus consecuencias: uno de los asaltantes se golpea la rodilla al saltar, aunque seguirá con la operación.
A la mañana siguiente llegan al islote nuevos helicópteros que traen, entre otras cosas, una bandera española.
Estos permanecen en la posición algunos días, impidiendo que nadie desembarque, y levantan un puesto de telecomunicaciones con piedras obtenidas del propio enclave.
RS o su deletreo en el Alfabeto fonético de la OTAN como Romeo-Sierra no fue explicado a qué palabras sustituía.
El Gobierno afirmó que la seguridad de sus hombres era lo fundamental; además la Operación constituía una ocasión para probar la coordinación entre los ejércitos, pero desde fuentes militares se mantiene que tantos riesgos y esfuerzos de coordinación resultaban innecesarios o incluso indeseables.
[10] Tampoco existen certezas sobre las razones para lanzar una acción tan arriesgada, que finalmente le fue perjudicial desde la perspectiva internacional.
Estados Unidos entró a mediar la situación, que terminaría volviendo al statu quo ante bellum.
Todas las tropas españolas se retiraron, y la isla permanece desocupada e inhabitada pero reclamada por ambos bandos.
[16] Francia se puso del lado de Marruecos,[20] al igual que la Liga Árabe, exceptuando Argelia.
Por otro lado, Italia dio su apoyo total al gobierno español; el resto de la Unión Europea dudó en un primer momento, pero la presidencia danesa se alineó enérgicamente con la postura española y el presidente del Consejo de Europa cambió parcialmente su discurso sobre la naturaleza interna del conflicto entre las dos naciones por el que defendía la necesidad de volver al statu quo anterior.