Entre ocho y diez funcionarios actuaron para salvar a los reos del incendio.
[4] La extinción del fuego se vio altamente dificultada: El primer carro de bomberos apareció a las 5:56; sin embargo, antes de que los bomberos ejecutaran sus labores, debieron esperar a que actuara el personal antimotines que, por protocolo, debía desalojar los tres niveles inferiores y abrirles una vía segura hacia el fuego.
[6] Además, se informó que un bombero y tres gendarmes habían resultado heridos de mediana gravedad.
El presidio estaba preparado para albergar a 1100 reos; sin embargo, al momento del siniestro, era habitado por 1961, lo que según muchas autoridades reflejaba la precariedad del sistema carcelario chileno.
[8] El 20 de diciembre se informó que, luego de presentar una notable mejoría, los 16 reos heridos que estaban internados en hospitales públicos habían sido derivados al Hospital Penal para su recuperación.
[9] El hecho produjo una reacción de repudio generalizado en todos los penales del país.
[10] Al día siguiente, la agitación vivida en esos momentos en los presidios chilenos obligó a Gendarmería a decretar alerta nacional, aumentando la seguridad de los 88 recintos de todo el país.
Los internos se sublevaron exigiendo la restitución de beneficios como la visita conyugal.
Actualmente la causa está en espera de la realización del respectivo juicio oral.