La Iglesia de Santa Catalina se muestra al visitante con una sencilla fachada del siglo XVII, compuesta por una puerta adintelada con vano rectangular bajo un óculo y rematada por una torre campanario.
El templo dispone de otra segunda entrada, situada en el lado del evangelio que fue construida con sillería adornada por un frontón partido rematado por volutas.
El altar mayor, en el que se encuentra el Cristo del Perdón (del siglo XVI) atribuido al escultor Jorge Fernández, está cubierto por una bóveda de aristas.
La segunda imagen, conocida como la Piedad es una escultura de barro cocido que representa a la Virgen sentada con Cristo en su regazo.
Finalizados los cultos correspondientes, en la plaza de Santa Catalina se organiza la tradicional verbena, que es amenizada por una Tamborada, y en la que se subastan los regalos donados por los devotos de la Virgen.