[2] La iglesia aparece en la actualidad embutida entre edificaciones modernas, ha sufrido numerosas restauraciones a lo largo de su historia.
De las tres entradas, la denominada puerta del Obispo (que da su salida a la plaza del Corrillo) y en la que se puede observar una escultura policromada del propio San Martín (aparece a caballo, partiendo su capa para compartirla con un mendigo), se accede a ella por una escalinata que salva el desnivel con la calle.
[4] En los años 60 del siglo XX se realizaron diversas reformas en la iglesia que para reforzar su estabilidad.
El desgraciado percance motivó una nueva restauración del edificio que en palabras de Gómez Moreno se ejecutó “sin que artífices eruditos hayan lucido en ella su ciencia arqueológica y su inventiva”.
Este incluyó un levantamiento de precisión, clave para comprender el comportamiento estructural del edificio.
Adicionalmente, se llevaron a cabo intervenciones de emergencia, especialmente en el primer tramo de la nave del Evangelio, centradas en la Puerta del Obispo, que presentaba los mayores daños.
La restauración incluyó, además, la recuperación de morteros y acabados originales en el interior del templo, permitiendo su adecuación tanto para el uso litúrgico como para su apreciación histórica y artística por parte de los numerosos visitantes que transitan por este espacio emblemático.
Este análisis permitió comprender el proceso de degradación, identificar sus causas y diseñar soluciones específicas para cada patología detectada.