Durante la guerra civil española la iglesia sufrió un incendió que causó graves daños, sobre todo al mobiliario interior.
En 1997 la Diputación de Zaragoza concluyó una restauración integral del histórico edificio.
La cabecera es poligonal y el brazo transversal está muy poco desarrollado.
Sobre el crucero se yergue una cúpula de media naranja apoyada en pechinas, en las que se inscriben medallones con imágenes en relieve de los cuatro evangelistas, y nervada, que exteriormente desarrolla cimborrio octogonal.
El interior, al que la restauración de finales del siglo XX devolvió su antigua vistosidad barroca con aires rococó, presenta un efecto teatral por la disposición de tribunas perimetrales con celosías de madera dorada y policromada, que se convierten en un coro a los pies, y la ornamentación a base de estucos y rocallas.