[2] Según la Crónica de Néstor, San Andrés llegó a la ribera del río Dniéper en el siglo I y erigió una cruz donde actualmente se alza la iglesia.
Más tarde se construyeron algunas pequeñas iglesias en la misma zona, pero todas fueron demolidas y reemplazadas.
Las losas de hierro forjado fueron entregadas desde Moscú, así como ventanales, puertas, muros y para espacios bajo la cúpula.
También se añadió el iconostasio diseñado por Rastrelli, cuya madera para el altar, el púlpito y la puerta del zar fueron tallados en San Petersburgo para perseverar durante más tiempo, al igual que los artistas de los iconos del iconostasio que provenían de dicha ciudad.
[3] Las obras en el exterior fueron concluidas en 1754, aunque los trabajos interiores y la decoración no finalizaron hasta 1767.
Durante algún tiempo, la iglesia se mantuvo gracias a donaciones voluntarias, como la de personas como Andrey Muravyov, quien vivía en una casa cercana.
[8] En 1815, una gran tormenta arrancó las cúpulas de la iglesia y se necesitó una restauración al completo.
Al año siguiente, el arquitecto Andrey Melensky realizó un proyecto para la fachada y lo envió a San Petersburgo.
Los azulejos rojos fueron sustituidos por otros metálicos, por lo que las cúpulas vieron modificadas su diseño y forma.