El edificio responde al lenguaje barroco de mediados del siglo XVIII.
Tiene planta de cruz latina y una única nave, con capillas-hornacina entre los contrafuertes interiores.
La portada principal se resuelve con una puerta adintelada escoltada por pilastras toscanas y frontón triangular sobre el que se abre un óculo rodeado por la cornisa que recorre la fachada.
El interior del templo no cuenta con muchas piezas de interés artístico debido a los saqueos en los reiterados conflictos fronterizos con Portugal y el ocurrido al inicio de la Guerra Civil.
Realizado por José Alexandre en 1769, fue donado por el comisario del Santo Oficio Domingo de Mora.