En 1612 se estableció un humilladero a las afueras de la ciudad vieja[1], en el lado norte.
Mito que subsiguientes historiadores repitieron sin haber hecho el debido contraste documental[4].
La fachada presenta dos pequeñas torres conectadas por un balcón y rematadas en pirámides de tejuelo vitrificado.
Semejante a la Capilla del Consuelo, unas cuadras más al este, la pequeña iglesia descansa sobre un atrio elevando.
Hacia la derecha del templo están la casa parroquial y la sacristía.