[1] Los tumores cancerígenos se caracterizan por la división celular, que deja de ser controlada como en el tejido normal.
Usualmente, los fármacos actúan dañando el ARN o ADN que indica a la célula cómo realizar una copia de sí misma en la división.
Las células "normales" volverán a crecer y ser saludables pero, mientras tanto, se presentan efectos secundarios.
Las células "normales" afectadas con mayor frecuencia por la quimioterapia son las células sanguíneas, las que se encuentran en la boca, el estómago y el intestino, así como los folículos pilosos; lo que provoca recuentos sanguíneos bajos, afecciones bucales, náuseas, diarrea y/o pérdida del cabello.
La quimioterapia (fármacos antineoplásicos) se divide en cinco clases de acuerdo a su funcionamiento para destruir el cáncer.