A su vez, su similitud con el eslovaco hace que sea un idioma inteligible con este.
Fonéticamente, el núcleo silábico puede estar ocupado por una líquida cualquiera, debido a que algunas palabras carecen de vocales propiamente dichas —así ztvrdl, scvrkl, prst 'dedo'—.
Sin embargo, la sonoridad de las sonantes /l/ y /r/ cubre la función vocálica en esas palabras, pudiendo actuar como núcleo silábico.
Por otro lado, la consonante /ř/ tiene una realización fonética que parece ser única del checo y realmente complicada de pronunciar para hablantes no nativos.
Otra característica del checo es que todas las palabras tienen acento tónico en la primera sílaba.
Nota: Fíjese bien que la i suave palataliza la consonante anterior, mientras la y dura la conserva.
Los casos del checo son nominativo, acusativo, genitivo, dativo, instrumental, locativo y vocativo.
[4] El género también juega un papel semántico; la mayoría de los sustantivos que describen a personas y animales, incluidos los nombres personales, tienen formas masculinas y femeninas separadas que normalmente se forman añadiendo un sufijo a la raíz; por ejemplo, Čech (hombre checo) tiene la forma femenina Češka (mujer checa).
Hacia el siglo VII, la expansión eslava llegó a Europa Central, instalándose en la franja oriental del Imperio franco.
La cristianización de Bohemia tuvo lugar durante los siglos IX y X.
La diversificación del grupo checo-eslovaco dentro del eslavo occidental comenzó en esa época, marcada entre otras cosas por el uso de la consonante fricativa velar sonora (/ɣ/)[10] y el acento constante en la primera sílaba[10] and consistent stress on the first syllable.
[13] La actividad literaria se generaliza a principios del siglo XV en el contexto de la Reforma bohemia.