La tecnología fue desarrollada en el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley por Carl Haber y Vitaliy Fadeyev, siendo anunciada en una publicación de la "Audio Engineering Society" en 2003.
[5] Poco después, Haber y Fadeyev fueron requeridos por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, que comenzó a utilizar su propia máquina en 2006.
Las imágenes resultantes luego se procesan con un software que convierte el movimiento del surco en un archivo de audio digital.
[11] Una ventaja del sistema sobre la reproducción tradicional con una aguja fonocaptora es que no implica contacto alguno, y por lo tanto, evita dañar el soporte de audio o desgastar el surco durante la reproducción.
[7] IRENE puede reconstituir puntos de salto o áreas dañadas sin los ruidos que generaría la reproducción mecánica con una aguja.