Husayn ibn Ali (jerife de La Meca)

Al estallar la Primera Guerra Mundial, Husayn fue contactado por Lord Kitchener, secretario de Estado británico para la guerra, quien, a través del alto comisionado británico en El Cairo, Henry McMahon, hizo llegar al jerife un mensaje en el que se le invitaba a aliarse con los británicos en el recién desencadenado conflicto: «Si la nación árabe se coloca a su lado en esta guerra, Inglaterra le garantizará contra toda intervención exterior en Arabia y dará a los árabes toda la ayuda necesaria contra una agresión extranjera».

Este primer mensaje derivó en un célebre intercambio epistolar entre el emir y el alto comisionado, conocido como Correspondencia Husayn-McMahon, en el cual se preparó la rebelión árabe contra los otomanos, que debía coordinarse con los intereses bélicos británicos a cambio del reconocimiento aliado de un Estado árabe independiente en los territorios árabes de Asia una vez liberados del dominio turco, esto es, desde la actual Siria hasta el Yemen.

La rebelión siguió hacia el norte capitaneada por dos de los hijos del jerife, Faysal y Abd Allah.

Gran Bretaña rechazó ayudar a su reciente aliado, el rey Husayn, manteniendo una política de neutralidad en el conflicto interárabe.

Este nombramiento no obtuvo mucho eco entre los musulmanes, pero fue considerado una provocación por los fundamentalistas saudíes, quienes intensificaron las hostilidades y se hicieron con el control definitivo del Hiyaz ese mismo año.