Nada más llegar, los invitados son recibidos por Pritchett (Chris Kattan), el dueño de la casa.
Pero en ese momento todas las ventanas y la puerta principal de la casa se cierran herméticamente dejándolos encerrados en su interior.
Melissa es la primera en desaparecer, pero gracias a su videocámara, Sara y los demás descubren que hay algo o alguien detrás de todo.
Todos murieron en un incendio que se produjo durante una revuelta de los internados contra los médicos en 1931, incluido el doctor Vannacut, que decidió cerrar herméticamente el hospital acabando con la vida de los pacientes y los trabajadores.
Cuando Sara y Eddie descubren el cadáver de Blackburn, creen que ha sido Price quien le ha matado.
Price, que descubre en ese momento el cuerpo mutilado de Melissa, huye pero el "mal" de la casa ya ha sido liberado y persigue a todos los que aún están vivos.
Finalmente Sara y Eddie llegan a un torreón donde hay un mecanismo que puede abrir las ventanas.