Hotei

Con arreglo a otras versiones, se trataría de una cierta recreación de un sacerdote itinerante de la dinastía Song (960-1279), llamado Ch'i-t'zu, Qici (chino simplificado: 契此; pinyin: Qì cǐ; literalmente, «este hecho») o Keishi (japonés: 契此), que vivió a caballo entre los siglos IX y X.

[6]​ Según Stephen Addiss,[7]​ se cuenta que se le vio vagando por la zona después de muerto, adivinaba el tiempo, dormía sobre la nieve, nunca permitió que el agua rozase su cuerpo, comía carne y bebía vino, «más del que era bueno para él» (William Elliot Griffis).

[8]​ Parece, además, que sus predicciones meteorológicas –consideradas infalibles por sus contemporáneos– contribuyeron a acrecentar su fama.

En un motivo especialmente conocido, el maestro representa a Hotei fumando en pipa y exhalando de ella a Otafuku, una prostituta fea pero encantadora que encarna aquí la felicidad servicial del zen, en un reflejo irreverente de la tradición según la cual el gran budista Shantao exhaló a Amida, Kannon y Seishi con una oración.

Ya en pinturas del periodo Edo (siglos XVII-XIX), aparece jugando con grupos de niños.

Según el poeta y ensayista Yves Bonnefoy, se conservan en el Museo Nacional de Nueva Delhi figuras de adultos con las panzas abultadas, desnudos, risueños, descansando sobre un saco…, datadas entre los siglos V y X, es decir, anteriores o muy anteriores en gran parte a la clásica imagen del «Buda gordo» o «Buda sonriente», identificada normalmente como del propio Hotei.

[16]​ Existe incluso un «Buda» de aspecto siniestro y misterioso, que en nada se parece a sus otros retratos.

Cuando quisieron saber cuáles eran estos, respondió: longevidad, riqueza, fama, pureza de corazón, amor reverencial, dignidad y magnanimidad.

El sacerdote, además, completó la plática con cuadros en los que, entre otros, aparecía Putai como «dios de la magnanimidad».

Se identifica también con la última de las denominadas «diez imágenes del pastoreo del buey», en la que aparece como un viejo maestro dedicado a viajar por los mercados a fin de que todos encuentren la «iluminación».

Para un budista chino de la dinastía Liang, el Buda Maitreya tenía que ser, sobre todo, «benevolente» (sánscrito: मैत्री; maitrī).

Hotei con un lingote de oro en la mano derecha y un ruyi o cetro chino en la izquierda. Además de su función ceremonial, se creía que daba a la persona que lo poseía poder y «buena fortuna».
Hotei con un uchiwa en la mano derecha. Según la tradición, era utilizado por los nobles para mostrar a sus súbditos que sus peticiones iban a ser aprobadas. También se pensaba que aventaba las «malas vibraciones».
Fūgai Ekun . Hotei señalando a la luna . 39,7 x 24,4 cm. Museo de Arte del Condado de Los Ángeles .
Pieza atribuida al ceramista japonés Toyosuke (c. 1788-1858). Hotei durmiendo sobre su saco lleno de tesoros . Gres decorado con oro y laca marrón, 3,8 x 2,8 x 2,8 cm. Museo de Arte del Condado de Los Ángeles .
Tsukioka Yoshitoshi . Los niños que soplan la barriga de Hotei y la pintura que sabe a caramelo , 1882. 18 x 23,8 cm. Museo de Arte del Condado de Los Ángeles .