Se desconoce la relación entre estos dos poderosos personajes y el hecho de si fueron rivales o aliados en este período, pero es cierto que juntos vieron crecer su influencia durante diez largos años.
Esto se logró en parte porque Horemheb había alcanzado estatus de héroe nacional, debido a sus victorias contra los hititas y en parte porque Tutankamon le había nombrado el heredero legal de la corona.
[3] No así con la tumba de Tutankamón, la cual seguramente perdonó debido a la confianza que el joven rey le otorgara durante su breve reinado.
A Horemheb le sucede su visir, Paramesu, que tomó el nombre de Ramsés I y fundó la siguiente dinastía.
No se conoce descendencia masculina del último rey de la brillante y famosa XVIII Dinastía, pero se sospecha que tuvo una hija, de nombre Tanedyemy, que fue emparentada con la nueva casa real.