Historia de las islas Malvinas

[2]​ Sin embargo, por falta de datos más precisos, nunca pudo ser comprobado con certeza que estas islas frente a la Patagonia, descifradas durante la expedición portuguesa por el explorador Vespucio, hayan sido las Malvinas.

En 1745 el embajador español en Londres tomó conocimiento de que se estaba preparando una expedición para ocupar las islas, efectuándose una protesta diplomática.

Para defenderse, el gobierno encargó al eminente filósofo, ensayista y literato Samuel Johnson la redacción de un informe que explicara la postura gubernamental.

Aquellos territorios ya ocupados permanecerían en statu quo[66]​ Los británicos reconocían (sin nombrarlas) la soberanía española sobre las Islas Malvinas, tierras en las que España se hallaba oficialmente establecida desde 1767.

[104]​ Expulsadas sus autoridades, el archipiélago quedó en un estado de anarquía: los presos del penal deambulaban libremente, y los piratas atracaban impunemente en sus fondeaderos.

[106]​[107]​ Mientras tanto llegó a Buenos Aires el reemplazante de Slacum, Francis Baylies, con idéntica agenda y estilo que su predecesor.

Aunque inicialmente fue expulsado, irregularidades en el proceso llevaron a la anulación del fallo y fue reincorporado pocos meses después al ejército.

[125]​ El tribunal se declaró incompetente debido a que los crímenes no habían tenido lugar en su jurisdicción, la cual excluía Escocia y las colonias británicas.

Viajaban con él doce mineros y sus familias, dispuestos a asentarse en Malvinas; la colonia de Anson's Harbour contaba ya con unas cincuenta personas.

[cita requerida] Luego en 1845 Puerto Stanley se benefició singularmente con la fiebre del oro de California: en 1847, por ejemplo, 777 barcos fondearon en sus instalaciones.

[cita requerida] En 1853, el gobernador del archipiélago se quejó a sus superiores por la continua depredación cometida por los barcos balleneros y foqueros —especialmente estadounidenses— en las inmediaciones de las islas.

El gobierno británico advirtió al estadounidense que no toleraría un comportamiento semejante, y envió fuerzas navales a las islas para asegurar un control efectivo.

[cita requerida] Según una versión de los hechos, Lynch argumentó que los ingleses no tenían derecho a fiscalizar las aguas malvinenses pues preexistía un reclamo argentino.

El Foreign Office declinó la propuesta, pues temía que una eventual reacción de la oposición debilitara al primer ministro Winston Churchill.

Al día siguiente los jóvenes depusieron su actitud y entregaron las armas a la única autoridad que aceptaron reconocer: el comandante del avión, Ernesto Fernández García.

Fueron capturados por las fuerzas de seguridad británicas y dos días después regresaron al continente a bordo del buque argentino ARA Bahía Buen Suceso.

Esta vez no pudo aterrizar en la pista del hipódromo, pues estaba obstruida, y debió hacerlo en un camino, por lo que su aeronave sufrió algunos daños en la hélice.

La tesis argentina fue presentada por el consejero legal del ministerio de relaciones exteriores, José María Ruda; la británica, por Cecil King.

[198]​ Siria presentó la propuesta accesoria de que la palabra "Malvinas" apareciese junto con "Falkland" en todos los documentos oficiales del organismo, lo cual fue aprobado por 19 votos a favor, el Reino Unido en contra y dos abstenciones.

[205]​ Onganía nombró como embajador en Londres al brigadier Eduardo Mc Loughlin, que tuvo a su cargo las negociaciones de soberanía.

[208]​ Ante la negativa argentina a considerar la posición de los kelpers entró en juego un grupo corporativo constituido por personas de influencia y financiado por la Falkland Islands Company: el Comité del Reino Unido y las Islas Falkland (también llamado el "Falklands Lobby") compuesto por isleños que se oponían a la transferencia.

[220]​ Mientras tanto, el gobierno argentino guardaba un silencio oficial que se extendería durante casi dos meses: aparentemente existía alguna oposición interna al acuerdo, aunque los detalles no son del todo claros.

La solución más económica pasaba por mejorar los lazos con el continente,[229]​ pero sin aceptar los requerimientos argentinos para tratar la cuestión de fondo.

El 7 de enero un diputado justicialista propuso confiscar todas las propiedades británicas en la Argentina, sin compensación, hasta que Gran Bretaña devolviera las Islas.

[287]​ Más allá de este acertado diagnóstico, poco se hizo durante los meses siguientes para acercar la opinión pública británica a la postura gubernamental.

Peor aún, se produjo un claro retroceso en la situación: Ridley fue reemplazado por un representante del Falklands Lobby, Richard Luce; la oposición a un acuerdo con la Argentina se consolidó en las Islas mediante el triunfo de los partidarios del statu quo en las elecciones legislativas; mientras que Buenos Aires exigía una solución rápida y directa, el Reino Unido adoptó una inflexibilidad aún mayor; en el siguiente ciclo de entrevistas diplomáticas en octubre se hizo evidente que a pesar de las buenas intenciones no quedaba ya espacio para actuar.

Hacia fines de octubre el embajador británico en Buenos Aires informó a Londres que la paciencia argentina se estaba agotando.

Esto explica porqué las islas tenían un precario y olvidado desarrollo institucional que era compensado con viajes en avión o barco a ciudades cercanas.

[293]​ A mediados de septiembre la Argentina y el Reino Unido levantaron bilateralmente las sanciones financieras que mutuamente se habían aplicado.

[297]​ Por primera vez Estados Unidos votó a favor de estos lineamientos, intentando enmendar sus relaciones con Latinoamérica, deterioradas por su apoyo concreto al lado británico durante el conflicto armado.

Mapa de las Islas Malvinas , con topónimos en español.
Mapamundi de Diego Ribero (1529), en el que se incluye a las Islas de San Antón en sorprendente concordancia geográfica con las islas Malvinas. Biblioteca Apostólica Vaticana , Ciudad del Vaticano .
Mapa de Hawkins's Maidenland, hecho en 1773 por John Hawkesworth and John Byron.
Louis-Antoine de Bougainville (1729–1811).
Fragata francesa La Boudeuse , bajo las órdenes de Bougainville. Grabado del siglo XVIII .
La derrota española en la Batalla de las Dunas (1639) inició el declive de su supremacía naval, lo cual repercutiría negativamente en el afianzamiento de sus dominios ultramarinos.
Antes de la Batalla de las Dunas , pintura de Reinier Nooms , ca. 1639.
Localización de Port Egmont.
Samuel Johnson leyendo la novela El vicario de Wakefield . Detalle del grabado publicado en The Illustrated Magazine of Art Vol. 1, N. 1 (circa 1853).
Las islas Sebaldas fueron incluidas en el libro Historia geográfica e hidrográfica, con derrotero general correlativo al plan del Reino de Chile por el virrey del Perú Manuel de Amat y Junyent .
Mapa de Puerto Soledad en 1774.
Hacia 1820 la caza ilegal de cetáceos en los mares insulares de las Provincias Unidas había alcanzado proporciones depredatorias y amenazaba la preservación del recurso. Grabado de A Collection of Voyages Round the World... , recuento de los viajes de James Cook (circa 1790).
Coronel Jewett.
Escudo de la Comandancia político-militar de las islas.
Cámaras del Parlamento del Reino Unido, en el palacio de Westminster .
Balleneros de la Nueva Inglaterra del siglo XIX cazando una ballena franca . Litografía coloreada a mano.
El HMS Cornwallis , uno de los buques que participaron en la Batalla de las Islas Malvinas.
El Reino Unido diseñó la bandera colonial de las Islas Malvinas en 1948, siguiendo la enseña azul tradicionalmente aplicada a sus símbolos coloniales.
Edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. Las resoluciones de la ONU ejercieron presión para que el Reino Unido aceptara negociar la soberanía del archipiélago.
Sala de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Cartel reivindicatorio ubicado cerca de la frontera argentino-brasileña. Existen muchas otras inscripciones similares a lo largo del territorio argentino.
Monumento a los caídos en la guerra de Malvinas ubicado en la ciudad argentina de Quequén .
Bandera de las fuerzas armadas del Reino Unido destacadas en las Islas Malvinas.
Luego de la guerra la presencia militar británica en el archipiélago fue reforzada substancialmente. En la fotografía, el destructor HMS Edinburgh , destacado en Mount Pleasant desde 2006 en reemplazo del HMS Southampton .
Salón de reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.