Las guitarras de cuatro y cinco órdenes convivieron durante gran parte del siglo XVI.[1] Finalmente la guitarra de 5 órdenes se impuso como modelo en toda Europa gracias a la obra “Guitarra española de cinco órdenes, la cual enseña de templar y tañer rasgado” publicada en 1596 por el catalán Joan Carles Amat (1572/1642) que obtuvo un éxito extraordinario en toda Europa y generalizó su denominación.Desde finales del siglo XVI, cuando la cultura renacentista da paso al Barroco la selecta vihuela fue sustituida en los salones por la popular guitarra en apenas dos décadas.Y existe una curiosidad etimológica, hoy aún se le denomina vihuela a la guitarra en algunas partes del norte de Argentina, y cómo no en Brasil que se denomina violão.Durante el siglo XVII la nueva guitarra española se convierte en un instrumento habitual en los círculos musicales de toda Europa.A principio las composiciones estaban vinculadas a las danzas y al uso rítmico del instrumento pero las técnicas heredadas de la vihuela, sobre todo el uso del punteado favorece la aparición de obras más complejas y produce su explosión artística.También es en este siglo cuando empiezan a sustituirse los órdenes dobles por simples y aumenta el tamaño del instrumento mientras disminuye las escotaduras de la caja.Los órdenes dobles convivieron algún tiempo con los órdenes simples, sobre todo porque la sonoridad de la doble cuerda (muy a menudo afinada octavada en los bordones) era más conveniente para la música rasgueada, todavía presente en la música popular.Junto a esos virtuosos, destacan dos compositores italianos afincados en España: Luigi Boccherini, que aunque fuera chelista estuvo muy vinculado a la guitarra y la incluyó en algunos de sus quintetos y Federico Moretti.También fue muy importante la figura del español Fray Miguel García, conocido como el Padre Basilio cuyo magisterio musical influyó en muchos de los grandes guitarristas españoles de principios del siglo siguiente.Durante la primera mitad del siglo XIX, en el periodo Pre-romántico, la guitarra conseguirá al fin su aceptación como instrumento de concierto en toda Europa.En España sobresalieron a principio de siglo, dos guitarristas fundamentales en la historia del instrumento Fernando Sor y Dionisio Aguado.Ambos artistas entablaron una profunda relación que dio lugar a una obra titulada “Los dos amigos” compuesta por Sor.Han sido casi seis siglos de evolución los que han llevado la guitarra de las tabernas a los escenarios sin por otra parte perder su carácter popular pues no hay en la actualidad un instrumento más universal y versátil que la guitarra.Los primeros grandes compositores españoles del siglo XX Isaac Albéniz (1860/1909) y Enrique Granados (1867/1916) se sumergieron sin prejuicios en las raíces nacionales y sobre todo en la música popular andaluza que disfrutaba de un gran auge en la época.Sin embargo su fama esta íntimamente ligada a la guitarra por su obra ”Concierto de Aranjuez”.Andrés Segovia, es sin duda el guitarrista más conocido del siglo XX.Su prodigiosa técnica fue admirada en los grandes teatros y escenarios del mundo gracias a las interminables giras que realizó durante más de setenta años con una media de cien conciertos anuales."Su guitarra no suena fuerte, sino lejos", decía Stravinsky a Segovia.[7] La llegada de los conquistadores españoles a América, extendió los instrumentos de cuerda: guitarras, vihuelas... entre la población indígena y más tarde criolla del Nuevo Continente que la adoptó en sus formas musicales.Y sobre todo no podemos olvidar al incomparable guitarrista paraguayo Agustín Pío Barrios (1885/1944), considerado por muchos el mejor compositor de la mitad del siglo XX.Se atrevió a cambiar su nombre por uno indígena y actuar vestido con en traje típico guanani.Sus trescientas obras forman parte del repertorio de guitarristas actuales como David Russell, John Williams.Si se lee de arriba abajo tendremos que la línea superior es la quinta cuerda u orden, y así sucesivamente hasta la última de abajo que corresponderá a la primera.Utilizando órdenes (que podían ser simples o de dos cuerdas), la cuarta se afina una grave y la otra aguda; y la quinta se afina aguda, es decir, equísona con la tercera cuerda pisada en el segundo traste.