En 1819 se interpretaron las contradanzas «La vencedora» y «La libertadora» para celebrar el triunfo del Ejército Patriota en la Batalla de Boyacá.
En 1847 el compositor y pintor inglés Henry Price, fundador de la Sociedad Filarmónica, dio música a unos versos escritos por Santiago Pérez, en un himno que se llamó «Canción nacional», el cual no tuvo mayor acogida por su sencillez.
[7] En 1849 José Caicedo Rojas escribió un poema y José Joaquín Guarín compuso la melodía de un himno llamado «Oda al 20 de julio», el cual se musicalizó en tonalidad Mi bemol para cuatro voces y orquesta.
[11] Su estreno se realizó en el Museo de Arte Colonial, pero debido a su complejidad tampoco convenció.
[9] En 1883 el violinista holandés Carlos Von Oecken musicalizó un poema compuesto por Lino de Pombo en 1852.
Los jurados de este concurso fueron el político José María Quijano, el poeta Rafael Pombo y el músico Carlos Schloss.
En las reseñas publicadas en diferentes diarios se afirmó que ninguno de los himnos interpretados despertó entusiasmo en el espíritu de los jurados y que por esta razón el concurso se declaró desierto.
[17] Para la composición del himno, Oreste Síndici se retiró a su Hacienda «El Prado» en Nilo (Cundinamarca), llevando un armonio marca Dolt Graziano Tubi.
[16] En la invitación al evento, la canción ya se anunciaba como el «Himno Nacional».
[24] El himno nacional aparece referenciado como tal en diversas publicaciones de la época, previo a su adopción oficial.
[4] Durante el conflicto fronterizo con el Perú (1932-1934), los soldados que defendieron la soberanía nacional entonaban un estribillo en la introducción de las trompetas al entrar al frente de batalla, acorde con el momento bélico que la nación vivía.
Esa introducción se les enseñaba a los alumnos en las escuelas de primaria en los años 1930 según el historiador José Antonio Amaya,[28] y todavía por los años 1960 se seguía enseñando.
Como resultado de esta investigación, el gobierno expidió el decreto ejecutivo número 1963 del 4 de julio de 1946 señalando que las partituras oficiales y las transcripciones para orquesta sinfónica del himno realizadas por el músico nortesantandereano José Rozo Contreras en 1933 son las más fieles a las originales escritas por Oreste Síndici.
[33] El himno nacional se compone de un coro alejandrino y once estrofas en octavillas heptasílabas; pero por lo largo de su ejecución suelen interpretarse únicamente el coro y la primera estrofa.
[43] Respondiendo a la mencionada demanda, la Corte Constitucional señaló en la sentencia: Un proyecto de ley de 2008 proponía que se ordenara a los ciudadanos adoptar una postura firme con la cabeza en alto y la mano derecha sobre el corazón al escuchar el himno nacional.
[44] El proyecto estaba inspirado en el gesto que acostumbra a adoptar el expresidente Álvaro Uribe al entonarse el himno nacional.
[48] La primera edición del himno nacional publicada por Oreste Síndici incluía las partituras para la interpretación de canto y piano.
Algunas de estas interpretaciones han sido realizadas por Jorge Celedón,[52] Rafael Orozco[53] y Silvestre Dangond.
[60] El himno nacional ha sido referenciado a través de diferentes manifestaciones artísticas.
En la poesía se pueden mencionar dos composiciones en honor al himno nacional que fueron publicadas en el periódico La Pluma de Cali en junio de 1944, las cuales fueron incluidas por el educador Evangelista Quintana en su artículo titulado La escuela pública da a Colombia su Himno Nacional.
[63] El arco fue construido en 1954 por el maestro Luis Alberto Acuña y contiene las notas completas del himno en la parte inferior, el cual se encuentra en el mismo lugar donde se desarrolló la Batalla de Boyacá.
[67] El estreno de algunas primeras películas como Antonia Santos (1944) era acompañado con la interpretación en vivo del himno nacional.