Hidrieo

Inmediatamente, el aqueménida ordenó a la ciudad de Sidón que reclutara un nuevo ejército.

Los habitantes de la ciudad fenicia se rebelaron y Nectanebo envió para ayudarles sus mercenarios comandados por el rodio Mentor.

Artajerjes ordenó entonces a Hidrieo la construcción de un ejército y una flota para reconquistar Chipre.

Tuvo que ser el propio rey quien atacara Sidón, ciudad que capturó finalmente en el 345 a. C. Mientras tanto, Hidrieo había cumplido su parte enviando a Chipre 40 navíos y 8.000 mercenarios bajo el mando del ateniense Foción y el líder chipriota Evágoras II.

En el 346 a. C., el orador ateniense Isócrates dirigió un discurso al rey Filipo II de Macedonia en el que argumentaba lo fácil que sería la conquista del imperio persa en ese momento ya que Egipto, Fenicia y Chipre estaban aún en rebelión e Hidrieo de Caria podría ser un aliado muy útil.