Los hermanos Bertrand Renard fueron una familia de industriales metalúrgicos y mineros que formaron parte del empresariado que propició la industrialización de Asturias en la segunda mitad del siglo XIX.[4] Continuaron con la actividad de explotación minera que había iniciado su padre en 1863 en el concejo de Mieres (Turón y Peñón)[5] los hijos varones del maestro belga, sobre todo Alfredo (hasta su muerte prematura en 1882, a los 40 años),[6] Julio, Eugenio y Arturo.Carlos, si bien no fue ajeno a esta actividad, se dedicó más intensamente al negocio de la madera.Los hermanos Bertrand Renard desarrollaron una activa gestión de los recursos hulleros desde mediados del siglo XIX.Julio, Arturo y Eugenio compran en 1895 las cinco sextas partes de las minas “Proserpina”, “Venganza”, “No te fíes”, “Aniceta” y “Hechicera”, que ya explotaban bajo el nombre comercial de Hulleras de Veguín, junto con el vendedor, Antonio Álvarez, y el industrial Eugenio Quintana Lavilla.[10] Todas las minas de Veguín y Olloniego pasaron finalmente a manos de la Compagnie Générale Minière, conocida en España como la Compañía General Minera.[11] La explotación minera como negocio familiar fue continuada en la primera mitad del siglo XX por un hijo de Arturo, Carlos Bertrand García-Tuñón.Fue creada en Gijón, en 1875,[12] por Demetrio Fernández-Castrillón, quien en 1883 se asoció con su cuñado el ingeniero Carlos Bertrand Renard[13] bajo la razón social D. F. Castrillón y Compañía, asumiendo Bertrand la gerencia de la empresa.El recetario ofrece platos asturianos y otros españoles e internacionales con el toque afrancesado que requería la época.Clementina era soprano y cantaba junto con su hermano Arturo, que era tenor, su hermana Julia y su cuñada Dolores García-Tuñón – esposa de Arturo e hija del senador Jovino García-Tuñón- en las representaciones líricas de la agrupación musical La Castalia y del Liceo de Oviedo, entidades ambas dirigidas por su marido.