En 1573 se redactaron unas nuevas reglas, que fueron aprobadas por el provisor, Juan Rodríguez.
Debían celebrar una Función a la Virgen en la Festividad de la Asunción y dos a san Juan Evangelista: una por la Pascua de Navidad y otra muy solemne en mayo.
[2] En 1677 se fusionó con una cofradía dedicada a San Juan Evangelista que no tenía capilla propia y a la que pertenecía el gremio de los impresores.
[2] La hermandad decayó, pero en 1742 se reorganizó y prosiguió con las obras, que finalizaron en 1752.
[3] En 1798 se unió a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús.
En las reglas la hermandad pasó a titularse del Santísimo Cristo de las Siete Palabras.
[2] En 1858 se escogió como hermano mayor al abogado José Bermejo y Carballo, que ocupó el cargo hasta su fallecimiento, en 1888.
Bermejo dirigió la hermandad con gran éxito y aumentó el número de hermanos.
[2] En 1511 Teresa Enríquez fundó una hermandad sacramental en la parroquia de San Vicente que aprobó sus primeras reglas en 1532.
Esta hermandad donó a la parroquia el altar mayor, realizado por Cristóbal de Guadix en 1690.
Esta hermandad tenía una imagen de San Miguel Arcángel, realizada por Pedro Roldán.
[3] En 1672 surgió una hermandad de gloria que realizaba rezos públicos del rosario presididos por un simpecado.
Esta hermandad tenía también una Virgen del Rosario y procesionó con ella a partir de 1777.
En 1569 los herederos del armador, capitán de navío y mercader Francisco Griego, encargaron un retablo pictórico al escultor Jerónimo Hernández y al pintor Pedro de Villegas Marmolejo, para la capilla que este tenía en el templo.
Este Crucificado fue entregado para el oratorio privado de José María Cisneros y Lanuza.
En la segunda mitad del siglo XIX la hermandad quería un Crucificado de mejor hechura, ya que el que tenían estaba realizado con la técnica del papelón y había precisado de diversas restauraciones.
Honorio Cisneros cedió la imagen a la Hermandad de las Siete Palabras en 1881.
[9] Cuando la imagen llegó a la hermandad, en 1881, fue restaurada por Emilio Pizarro de la Cruz.
Fue realizado en 1881 por Ricardo Reguera, basándose en un diseño de Joaquín Díaz Montero.
Lleva faldones de damasco rojo con cenefa bordada en oro realizados por Fernández y Enríquez en 2009.
En 1992 Jesús Curquejo Murillo le realizó un nuevo cuerpo y restauró el resto de la imagen.
La imagen actual de María Magdalena fue realizada por Manuel Gutiérrez Reyes-Cano en 1866.
Todas las imágenes del misterio fueron restauradas por María Teresa Real Palma en 2001.
En 1956 se quiso incorporar un paso de palio con la Virgen a la procesión.
[11] La Virgen lleva un manto rojo y una saya blanca en terciopelo bordado en oro por Manuel María Ariza en 1863; ambas obras fueron realizadas para la Virgen del Rosario de dicha hermandad.
Las delanteras fueron realizadas por Jesús Rosado Borja de Écija en 2017 y las traseras por José Ramón Paleteiro Bellerin en 2014.