Como otros alquimistas de la época, Brand buscaba la piedra filosofal, una sustancia que supuestamente transformaba metales comunes (como plomo) en oro.
Luego se casó con su segunda esposa Margaretha, una viuda rica cuyos recursos financieros le permitieron continuar la búsqueda.
El fósforo debe haber sido impresionante para un alquimista: era un producto del hombre y parecía brillar con una fuerza vital que no disminuía con el tiempo (y que no necesitaba reexponerse a la luz como se había descubierto previamente en la piedra de Bolonia).
Brand mantuvo su descubrimiento en secreto, como hacían los alquimistas de su tiempo y trabajó con el fósforo intentando utilizarlo para producir oro (en vano por supuesto).
No dudó en refinar su método de producción en el tiempo, y la versión publicada después por Gottfried Leibniz fue: La reacción química con la que se encontró Brand era como sigue.