Como en la hemodiálisis, un acceso vascular es requerido para procesar grandes volúmenes de sangre del paciente.Dado que el proceso de hemofiltración es lento, un catéter central debe ser usado, incluso si el paciente tiene acceso vascular alternativo (FAVI), debido a que los flujos lentos y los tiempos de filtración largos no son viables en fístulas o injertos arteriovenosos.Los modernos hemofiltros son usualmente Hemofiltros Continuos Veno-Venosos (CVVHF), lo que significa que la sangre removida proviene de una vena, la presión se generan vía una bomba en la máquina y la sangre es retornada a una vena.Hemofiltración a veces es usada conjuntamente con hemodiálisis, llamándose este proceso como hemodiafiltración, es un tratamiento crónico en algunos centros.Usando grandes cantidades fluidos de sustitución (60 a 90 litros por tratamiento), las toxinas y los solutos pueden ser removidos del paciente, como por ejemplo la microglobulina beta 2, que es removida mucho más eficientemente con la hemofiltración que con la hemodiálisis.