Heinrich Häberlin

Su mandato estuvo marcado por el fracaso de dos proyectos de ley relativos a la seguridad del Estado, las llamadas Leyes Häberlin I y II, que el pueblo rechazó en referéndum.

Posteriormente, asistió a la escuela cantonal de Frauenfeld, donde terminó el bachillerato en 1887.

Se colegió como abogado en 1891 y realizó una breve pasantía en el bufete del consejero federal Louis Ruchonnet, en Lausana.

En 1892 abrió su propio bufete en Weinfelden, que dos años más tarde trasladó a la capital cantonal, Frauenfeld.

Tras ejercer durante un breve periodo como secretario judicial en Bischofszell, entre 1899 y 1920 presidió el tribunal distrital de Frauenfeld.

Su hijo Fritz Häberlin, nacido en 1899, fue juez federal durante más de 25 años a mediados del siglo XX.

Ante esta situación, la atención de los dirigentes radicales se volvió hacia Häberlin, que desde un principio había rechazado presentarse.

El grupo parlamentario socialista, que en aquel momento estaba muy distanciado de la burguesía, votó en blanco.

No obstante, su aportación más destacada fue la unificación del derecho penal suizo.

Así, este debía contar con medios legales para combatir la agitación y propaganda socialista y las huelgas masivas, así como impedir que se hiciera propaganda pacifista en el ejército.

[11]​ Los partidos burgueses presentaron varias propuestas para endurecer la denominada «Ley federal de protección del orden público» durante su tramitación parlamentaria, pero los partidos de izquierda se opusieron y convocaron un referéndum.

[12]​ En 1924 asumió la presidencia del consejo fundador de la asociación Pro Juventute.

Desde este cargo, que ocupó hasta 1937, fomentó la persecución de los yeniches.

Volvió a aparecer en la escena política en 1937 y 1938, para hacer campaña a favor del nuevo código penal, que él había promovido, y de la adopción del romanche como cuarta lengua nacional.

Cartel electoral de los contrarios a la Ley Häberlin, diseñado por Carl Scherer