Su padre, Edmund, se había formado como agricultor en Alemania y había adquirido una finca a orillas del río Aar, cerca de Villnachern, llamada Aarhof.
En 1892 se casó con la francesa Marguerite Disqué, natural de San Quintín, con la que tuvo una hija, nacida en 1902.
En 1891, Schulthess trabajó unos meses en Aarau como pasante en el bufete de abogados del influyente Consejero Nacional Erwin Kurz.
También en aquel año se instaló en Brugg y abrió allí su propio bufete de abogados.
Asumió la presidencia del Gran Consejo cuando solo contaba con 29 años y en unas circunstancias poco habituales.
Sin embargo, este último no consiguió volver a entrar en el Parlamento en las elecciones populares que se celebraron con posterioridad, de modo que la presidencia quedó vacante.
Con ello pretendía que el cantón adquiriera la mayoría de las acciones del banco, fundado en 1855, y lo transformara en un banco estatal, como ya había ocurrido en otros cantones.
Tres años más tarde se aprobó un proyecto de ley modificado.
Schulthess abogó por la elección popular de los miembros del Gobierno y del Consejo de los Estados, una reivindicación que se materializó en 1904 con la correspondiente enmienda constitucional.
[5] Paralelamente a su labor como político, Schulthess ejerció como abogado y se dedicó principalmente a defender los intereses de la industria eléctrica, que en aquel momento se encontraba en plena expansión y que en Argovia tenía un gran peso debido a su gran potencial hidroeléctrico.
En 1900 comenzó a trabajar como asesor jurídico y auditor para la empresa Brown, Boveri & Cie (BBC), con sede en Baden.
Gracias a su experiencia en derecho financiero y laboral, ejerció una notable influencia en los debates del Consejo sobre cuestiones económicas.
Schulthess defendió el acuerdo en abril de 1913 frente a una férrea oposición, sobre todo por parte de la Romandía, aunque finalmente logró convencer a la mayoría.
En aquella época, el pueblo solo podía pronunciarse sobre los tratados estatales a través de peticiones.
Esta iniciativa no se sometió a votación hasta 1921 y fue aprobada por amplia mayoría.
La Confederación no pudo confiscar los suministros acaparados hasta febrero de 1916.
Sin embargo, el racionamiento de alimentos no se empezó a aplicar hasta 1917.
[14] Poco antes del estallido de la guerra, el Parlamento había aprobado una nueva ley de fábricas que limitaba la jornada laboral diaria a diez horas.
Éstos promovieron una iniciativa popular que pedía gravar con los aranceles más bajos posibles los alimentos y las materias primas, y con los más altos los artículos de lujo.
[16][17] Por su parte, la jornada laboral de 48 horas semanales continuó suscitando polémica.
Schulthess aseguró a la Unión Sindical que el Consejo Federal no la tomaría en consideración.
Nunca pudo asimilar del todo esta decisión popular, que le valió la fama de mal perdedor.
Su adhesión al intervencionismo estatal incomodó a muchos de sus colegas liberales.
Jean-Marie Musy se enfrentó abiertamente a sus colegas del Consejo Federal y rechazó asimismo el proyecto de ley.
Habrían de pasar otros dieciséis años hasta la puesta en marcha del AHV/AVS y el IV/AI.
Entretanto, la crisis económica mundial también había golpeado de lleno a Suiza.
Schulthess se valió de estos poderes para imponer cuotas a las importaciones, así como para bajar los precios y los salarios a fin de que la economía suiza pudiera recuperar su competitividad.
Este le habría asegurado que el Reich alemán respetaría en todo momento la inviolabilidad y neutralidad de Suiza.