Incidente Grimm-Hoffmann

El líder comunista ruso Vladimir Lenin, exiliado en Suiza, ya había mencionado en la Conferencia de Zimmerwald su deseo de pactar una paz inmediata entre Rusia y el Imperio alemán, lo cual resultaba conveniente para Alemania en tanto que así podría retirar sus tropas de la Europa Oriental para dedicar todo su esfuerzo bélico contra Francia y Gran Bretaña en el frente occidental.

Mientras tanto el gobierno Kérensky niega todo proyecto de firmar una paz por separado con Alemania y expulsa a Grimm.

El escándalo también tuvo efectos en Suiza, cuando la opinión pública local condenó todo intento de implicar al país en la contienda.

El consejero federal Arthur Hoffmann reconoció su apoyo personal a Grimm, pero también se comprobó que Hoffmann nunca había coordinado con sus colegas de gabinete semejante "plan de paz", ni tenía autorización para lanzar esta clase de iniciativas.

Hoffmann se vio forzado a renunciar al Consejo Federal, tras lo cual el gobierno suizo reafirmó su neutralidad ante ambos bandos.

Robert Grimm