Harry Belevan
En esta ciudad Belevan cursó prácticamente todos sus estudios primarios y secundarios en el mismo colegio que, a comienzos del siglo XX, había contado entre sus alumnos a Jean-Paul Sartre quien, según propia confesión, viviría allí algunos de los años más determinantes de su niñez.En 1971 fue nombrado a su primer destino exterior en Buenos Aires, Argentina, en donde asumió las funciones de agregado cultural.Las actividades que desarrolló por el año de las celebraciones del sesquicentenario de la independencia peruana y sus inclinaciones literarias, le permitieron entablar relaciones en el bullente mundo intelectual porteño con escritores como Marta Lynch, Eduardo Gudiño Kieffer, Adolfo Bioy Casares, Abel Posse, Patricio Esteve, Víctor Massuh, Ernesto Sábato, Haroldo Conti, Dardo Cúneo y otros artistas, músicos y autores de la época, incluyendo a Jorge Luis Borges con quien tuvo algunos encuentros que Belevan describirá años más tarde en uno de sus libros.Ascendido al rango de ministro, Belevan se apartó, así, transitoriamente de la carrera diplomática convirtiéndose en funcionario internacional para poder asumir como Asesor Político Principal (Senior Political Adviser) y Jefe de Gabinete (Chief of Staff) del despacho del brasileño Joao Baena Soares.Algunos años después Belevan escribirá sobre estas experiencias políticas en un ensayo titulado: Propuestas de pacificación en Centroamérica: un testimonio personal.Desde aquel cargo formuló, asimismo, la interrupción de las relaciones diplomáticas con la República Árabe Saharaui Democrática establecidas una década antes, y presidió o integró diversas misiones diplomáticas en África y Asia.Su misión altiplánica estuvo marcada por altibajos diplomáticos que, si le significaron no ser condecorado al término de su misión por el gobierno boliviano le valieron, en compensación, recibir el apoyo público del presidente transitorio Valentín Paniagua y la máxima condecoración de la Policía Nacional del Perú por el papel desempeñado en La Paz, todo lo cual Belevan detalla en su libro Si mal no recuerdo (ver Nota 6) Con la elección del presidente Alejandro Toledo en el 2001, el nuevo canciller le ofreció la Subsecretaría de Asuntos Multilaterales.En el 2009 fue nombrado como primer embajador peruano formalmente acreditado en el Principado de Mónaco.En esa misma condición fue también presidente de la Fundación Academia Diplomática del Perú.