La reina Victoria dio a la "Querida señorita Lane" el mismo rango que una esposa de embajador; admirada por varios pretendientes ello le dio fama de poseer una gran belleza.
Las damas copiaron su peinado y estilos de ropa (especialmente cuando bajó el escote del vestido lucido en la investidura 2.5 pulgadas), los padres daban su nombre a sus hijas, y una canción popular ("Listen to the Mockingbird") fue dedicada a ella.
Su tacto no vaciló pero su tarea se acabó haciendo imposible—al igual que la de su tío.
Durante su estancia en Inglaterra, Sir Fitzroy Kelly, entonces fiscal general del Primer Ministro Lord Palmerston, le propuso matrimonio.
Harriet escribió testamento en 1895 y vivió otros ocho años más, durante los cuales la prosperidad general del país aumentó mucho el valor de sus propiedades.
Un codicilo de 1903 aumentó su regalo en un tercio pero dijo que solo la mitad del total debía ser gastado en el edificio.
En 1905, numerosos invitados fueron convocados para ver la colocación de la primera piedra del edificio que albergaría la St.
Lawson Wilkins estableció una clínica endocrina que desarrolló los procedimientos utilizados universalmente desde mediados del siglo XX para tratar niños con ciertos trastornos glandulares, como el enanismo hipofisario o proporcionado.
John E. Bordley y William G. Hardy iniciaron la tarea de detectar deficiencias auditivas en niños muy pequeños.
Se convirtió en una reconocida instalación pediátrica; las clínicas ambulatorias Harriet Lane Outpatient atienden miles de niños hoy, y el manual ampliamente utilizado por oficiales de pediatría, The Harriet Lane Handbook, lleva su nombre.
Las clínicas ambulatorias Harriet Lane Outpatient continúan operando en países de todo el mundo.
El título original (subtitulado "A Manual for Pediatric House Officers") se encuentra en su 21.ª edición.