El harmosta (griego antiguo ἁρμοστής/harmotês o harmostêr, literalmente conciliador) era el magistrado espartano encargado de gobernar las guarniciones establecidas en las polis donde tenía presencia la Liga del Peloponeso.
La primera mención a los harmostas, en el sentido nuevo del término, se remonta al año 421 a. C., año en el que se instalaron guarniciones en las ciudades de Anfípolis y de Torone (en Tracia), sometidas por Brásidas.
Por todas partes donde Esparta impuso su autoridad, Lisandro fue encargado por los éforos de instalar harmostas a la vez que oligarquías dirigidas por colegios de diez magistrados elegidos entre las heterías locales.
[1] Interviniendo con cualquier excusa, y a menudo con brutalidad o al menos con desacierto, los harmostas dejaron un mal recuerdo en las ciudades ocupadas y contribuyeron a destruir la imagen de Esparta.
Sin embargo, Agesilao parece haber restablecido en seguida los harmostas, con motivo de su campaña militar en Asia Menor, (396-395 a. C.).