La serie fue cancelada de forma precipitada por unas declaraciones del guionista criticando la censura.
[3]En efecto, Adolfo Suárez, luego presidente del Gobierno, la cancela tras conocerse que Marsillach había viajado a la Cuba de Castro para participar como jurado en el Premio de Teatro Casa de las Américas y había hecho unas declaraciones sobre la censura en España al diario Gramma que no habían gustado.
Marsillach consideró que su expulsión de TVE fue una dedición personal de Suárez: “No le gustaba el programa y aprovechó aquella circunstancia para suprimirlo”.
Lo que venga después de esta presentación será lo importante, porque ella, en sí, no lo fue.
Marsillach tiene muchas ideas, mucho talento y una capacidad asombrosa para decir lo que quiere decir y oír lo que es digno de no de ser escuchado.
Humor e intención tenía “El profesor” y carga explosiva, incluso, que no llegó a estallar precisamente porque el señor Marsillach, muy hábilmente, metió a aquellos tres para desviar un tanto la intención supuesta por todos.
Habitación 508 continúa en su línea de discusión y, al parecer no cede.
Porque el objetivo del creador de Habitación 508 es, a nuestro juicio, sembrar inquietud, dar ideas, fustigar defectos, hacer pensar.
Esto es indiscutible... [9]La oposición él fantasma agobiador de las EN ÓRBITA oposiciones (que ya ha tratado con tanto acierto Jaime Armiñán) adquirió en la mente de Adolfo Marsillach expresión caricaturesca y trágica.
Con aires granguignolescos, el autor de Habitación 508 dio al espacio vivacidad, hondura y humor a través de un original radicalmente televisivo por su plasticidad, su ritmo, su intención y su gracia.
Recursos fáciles, situaciones absurdas por lo viejas- -infidelidad de la esposa; hombre vértice del triángulo; comisionista de Pompas Fúnebres; familia plañidera y todo eso- no aportaron novedad ninguna.