Guillermo Seoane

Se trasladó a París para cursar estudios allí, pero no los terminó, pues pasó a la legación peruana en Brasil, como adjunto y 2.° secretario, sucesivamente.

Al instalarse la dictadura del coronel Mariano Ignacio Prado, todos los cargos diplomáticos en el extranjero fueron destituidos, por lo que Guillermo debió retornar a Lima en 1866.

Al producirse la captura del monitor Huáscar, impulsó una colecta nacional para comprar otra nave de guerra.

Pasó a Bolivia como primer secretario de la legación acreditada en dicho país, la cual estaba encabezada por Manuel María del Valle (1882).

Negoció allí un Tratado de Comercio y Navegación, que reconoció el libre tránsito en los ríos compartidos por ambos países, así como el establecimiento de una aduana mixta en Tabatinga.

Allí polemizó con el canciller chileno Federico Puga Borne, defendiendo los puntos de vista del Perú sobre el plebiscito de Tacna y Arica, cuya realización se había aplazado desde 1893.

Terminada su misión en Chile, Seoane se consagró a la magistratura y la docencia universitaria.