Por otra parte, Édgar Valdez Villarreal―alias La Barbie (basado en la muñeca estadounidense)―, un sicario que trabajaba para Arturo Beltrán, había formado desde 2006 una organización de asesinos a sueldo y narcomenudistas llamada Los Pelones a la cual se integró Cleotilde Toribio Rentería ―alias El Tilde―.
Instruido por La Barbie, Rentería comenzó a trabajar para los Beltrán rindiéndoles cuentas sobre las operaciones del cártel en el estado de Guerrero.
Se trataba de Melquisedec Angulo Córdova, joven que también falleció en el enfrentamiento.
Esa misma noche, sicarios irrumpieron en la vivienda para asesinar a la madre, una tía y dos hermanos del occiso.
Tras la muerte de Arturo Beltrán, Édgar Valdez Villarreal, alias "La Barbie", continuó operando en el centro del país.
Abarca habría pactado con el cártel gracias a su esposa María de los Ángeles Pineda.
Durante su adolescencia, Pineda vivió en Cuernavaca, Morelos, en donde su madre conoció a Arturo Beltrán Leyva.
En el transcurso de la guerra contra el narcotráfico, dos hermanos de Pineda -quienes habían trabajado para los hermanos Beltrán- fueron acribillados y tirados en la Autopista del Sol, mientras que su madre fue arrestada por fuerzas policíacas (aunque liberada después).
[12] Militares arrestaron a otros miembros del cártel, entre ellos, Jonathan Osorio y Patricio Reyes Landa, quienes confesaron haber asesinado e incinerado a los 43 estudiantes por órdenes del gobierno de Iguala.
[15] Durante los días siguientes, se reveló que Mota Ocampo habría hecho un pacto con Guerreros Unidos dotando de armamento al cártel.
[16] El gobernador del estado, Graco Ramírez, señaló que el crimen había sido ejecutado por miembros del ya desaparecido cártel de "Los Rojos", quienes sostenían una disputa con Guerreros Unidos.
En otra ocasión, se tiró una bolsa negra que contenía una cabeza y un mensaje: "Federico Figueroa, Guerreros Unidos, vamos por los demás".