Gregorio García de Tagle

[1]​ Marcó la historia de Tagle un hecho ocurrido a su padre Miguel, que era un próspero comerciante.En 1815, habiendo sido ya nombrado Secretario de Estado, Gregorio Tagle recibió las protestas del cónsul y empresario estadounidense Thomas Lloyd Halsey, quien utilizó el corso como negocio y medio político a la vez, por la adopción de fuertes tarifas aduaneras por el gobierno de Buenos Aires en productos que afectaban los intereses comerciales norteamericanos pero no los británicos.El frente norte fue abandonado y, aunque siguió existiendo, el Ejército del Norte fue destinado a someter las rebeliones de los caudillos federales, tales como la sublevación autonomista de Borges en Santiago del Estero y las recurrentes insurrecciones federales en Córdoba.Como Ministro de Relaciones Exteriores, tuvo un papel importante en la dureza con que se trató a la oposición durante ese período, incluidos los exilios con que se condenó a Manuel Dorrego, Manuel Moreno y otros.También fue responsable de la búsqueda de un rey europeo, tarea que fue encomendada a varios personajes, como Bernardino Rivadavia, Julián Álvarez y otros, con candidatos tales como el futuro Luis Felipe de Francia, o un hermano menor del rey español Fernando VII.Un hecho importante ocurrió durante esa guerra: a mediados de 1816 Artigas le pidió ayuda al cónsul de Estados Unidos en Buenos Aires, Thomas Lloyd Halsey.Días después designó una Junta de Representantes que tuvo como misión nombrar al nuevo gobernador.Legalmente sólo se encargaban de las relaciones exteriores, pero el manejo del puerto de Buenos Aires les permitía ejercer una fuerte presión política sobre las provincias del interior.En aquella oportunidad su mujer Doña Máxima Olmos prestando por él, voz y caución, consiguió su liberación.[18]​ En 1823, Gregorio Tagle se convirtió en el líder de una conspiración mucho más importante, que abarcaba la Iglesia y los movimientos de católicos laicos que se oponían a las reformas.[25]​ 1) La segunda, racionalista, laicista e iluminista de Voltaire que sustentó la filosofía política de la Revolución Francesa[26]​ y que influyó por ejemplo en el Dean Funes en Córdoba.Bernardino Rivadavia era católico pero había adoptado las ideas regalistas de Europa y quiso aplicarlas en el país.Esta doctrina sostenía que no existía un Iglesia universal regida por el papa sino que existían comunidades nacionales de fieles a los cuales el gobierno podía dirigir.La revuelta fue encabezada por Tagle, una reacción bien organizada contra las reformas del ministro Bernardino Rivadavia, en la que participaron ilustres ciudadanos como Domingo Achega, Mariano Benito Rolón y Ambrosio de Lezica (padre).Las fuerzas gubernamentales dispersaron rápidamente a la manifestación, y la mayoría de los líderes fueron capturados, ejecutados o castigados con dureza.Los oficiales del ejército se sintieron ultrajados por el tratado de paz, ya que creían que había sido firmado cuando ellos aún estaban en condiciones de continuar la lucha.Lavalle y sus aliados no parecieron percibir que se oponían a Dorrego por razones opuestas.Así estalló la Segunda guerra entre unitarios y federales en el interior (1828-1831).Durante esta guerra Tagle se inclinó por el bando unitario liderado por el general Lavalle -que fue derrotado- pero cuando Lavalle fracasó en frenar la reacción federal, medió entre este y Juan Manuel de Rosas, lo mismo que intentó Manuel José García.Estas listas, ambas federales, se denominaron en el conocimiento popular como: la de los lomos negros o cismáticos –que triunfó- y la de los federales netos o apostólicos.[34]​ Balcarce junto a su ministro de guerra, Enrique Martínez aglutinaron a su alrededor a miembros del antiguo partido directorial y los líderes del partido unitario, mientras Rosas se ausentó de Buenos Aires para organizar y liderar la Campaña al Desierto que se realizó en 1833 y principios de 1834.Durante el gobierno de Viamonte hubo un nuevo conflicto entre la Iglesia, que quería nombrar como obispo de Buenos Aires al entonces obispo auxiliar Mariano José de Escalada, mientras que el favorito del gobierno era el obispo Mariano Medrano.