Gregorio Hernández de Alba

A mediados de los años 30, Hernández de Alba se incorpora en el Movimiento Bachué, un movimiento artístico y literario que buscaba reconocer el valor del aporte indígena y lo 'autóctono'.

Sus primeros escritos arqueológicos, en 1934, mencionan la variabilidad de la cerámica prehispánica usada por los indígenas en Inzá, Tierradentro.

Que a veces era condescendiente y sobre todo un romántico desesperado en su relación con las comunidades indígenas.

Este activismo llevó a su importancia como precursor de los recientes éxitos del movimiento indígena".

En Colombia Rivet viaja a San Agustín, donde Hernández de Alba estaba realizando excavaciones.

Rivet le ofrece al colombiano una beca de dos años en etnología en el Museo del Hombre, en París.

En 1941 regresa a Colombia con Rivet, que para ese entonces huye de la Francia ocupada por los nazis.

En julio de ese año ambos fundan el INstituto Etnológico Nacional, una filial de la Escuela Normal Superior, en la que se preparan los futuros docentes en etnología, arqueología, antropología física y lingüística.

Entre sus primeros alumnos se encontraban Luis Duque Gómez, Eliecer Silva Celis y Alicia Dussán.