En este caso, el fenómeno provoca la existencia de las mareas, hace que la Luna tenga siempre la misma cara orientada hacia la Tierra y explica por qué esta no gira de manera caótica.
De esta forma, la cara más cercana a la Tierra tiende al equilibrio.
El fenómeno recíproco sucede en la Tierra donde, en la zona que se encuentra en oposición a la Luna, existe una acción de la gravedad levemente inferior a la que se observa en la zona más cercana.
La mayoría de los satélites regulares presentan este fenómeno respecto a sus planetas.
Sin embargo, al ser la Tierra un cuerpo grande, la gravedad que ejerce sobre la Luna es distinta en cada punto.