Salazar y Almíndez aprovecharon esta oportunidad para convencer al conquistador de que deberían ser incluidos en el gobierno.
El primer decreto ordenó que se unieran al gobierno ya formado de Estrada, Albornoz y Zuazo como su cuarto y quinto miembros, a condición de que los dos partes reconciliaran sus diferencias.
Pero terminaría conociéndose el contenido de ese primer decreto, lo daría lugar a un escándalo.
Estrada y Albornoz salieron de México para encontrase con Cortés e informarle.
Sin embargo, solo llegó a Santo Domingo donde pasó el resto de su vida, hasta su muerte en 1527.
Su arresto hizo temer a Salazar y Almindez por su autoridad, de modo que optaron por gobernar autoritariamente.
Hicieron correr el bulo de que Cortés había sido muerto por los indios.
Salazar envió agentes para requisar los tesoros, y apresó a gente refugiada en una Iglesia.
Esta consistía en clérigos, amigos, sirvientes, familia y algunos seguidores, además de todo aquel que quisiera restablecer a Estrada.
Salazar y Almíndez se salvaron de sus enemigos gracias a sus contactos en la corte.
Apodado "el gordo", dejó la política y vivió sin problemas hasta su muerte, probablemente en 1564.