Golpe de mercado es un término que se ha generalizado en la sociología y la ciencia política hispanoamericanas.
[1] La expresión surgió en Argentina en 1989, acuñada por el diario Ámbito Financiero para describir el fenómeno político-económico que causó la derrota electoral del presidente Raúl Alfonsín y su renuncia, llevando al ascenso anticipado del presidente Carlos Menem, ese mismo año, en medio de un proceso de fuga de divisas y un brote hiperinflacionario.
Con ese poder que les atribuye su posición dominante en la economía, los grandes grupos económicos y mediáticos asociados son capaces de producir cambios bruscos en la situación económica que afecten negativamente a la población e impacten sobre la estabilidad política, causando cambios de políticas y funcionarios, e incluso la caída de los gobiernos.
Ezequiel Adamovsky sostiene que los grupos económicos comenzaron a experimentar con "una nueva manera de condicionar las decisiones políticas", más allá del tradicional lobby sobre los partidos políticos y los mecanismos de corrupción.
[4][8] Carlos Pereyra Melé sostiene que los llamados PIIGS (Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) han sido víctimas de golpes de mercado que han establecido gobiernos tecnocráticos dependientes del llamado poder trilateral, integrado por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.