El jefe de Estado resultó ileso, pero los houthis ganaron terreno adicional en la capital, lo que se percibió como una toma efectiva del control gubernamental.
Los hutíes describieron su movimiento como una revolución contra la corrupción y la malversación de fondos que estaba drenando las arcas del Estado.
[13] Para el 22 de septiembre, al menos 340 personas habían muerto en combates en Saná.
Los combates continuaron incluso después de la firma del acuerdo para compartir el poder.
[16] El 7 de noviembre, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impuso sanciones al expresidente Ali Abdullah Saleh y a dos comandantes hutíes, Abdullah Yahya al Hakim y Abd al-Khaliq al-Huthi, por obstruir el proceso político yemení.
Según los informes, también secuestraron al activista Shadi Khasrouf en Saná, en medio de manifestaciones en la ciudad para exigir su retirada.
El ascenso del poder houthi en Sana'a fue interpretado por muchos analistas como una bendición para la influencia iraní en la región.
[1] El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo en enero de 2015 que estaba claro que Irán estaba al mando los houthis con el "comando y control que ejerce", aunque describió gobierno de Estados Unidos se muestra "preocupado" por los lazos reportados entre ellos.
[20] El expresidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, ha conservado una influencia significativa en la política del país desde que renunció.