Sin embargo, la Cámara tampoco llegó a aprobar formalmente la lista de ministros propuesta para integrar este Ejecutivo.
Una sección mayoritaria de la Cámara denunció presiones internas para no votar y firmó un documento informal respaldando al GNA.
[1] Lograron así un primer acercamiento entre ambos bandos, que fue coordinado por la Misión de Apoyo de las Naciones Unidas en Libia (también conocida por las siglas UNSMIL, del inglés United Nations Support Mission in Libya), y coordinada por su representante especial, el diplomático y político español Bernardino León.
[2] Por otro lado, las milicias del Amanecer Libio se comprometieron a cesar las hostilidades en lo que duraban las negociaciones, a lo que el Ejército respondió con una declaración similar, si bien seguiría luchando contra Ansar al-Sharia en Bengasi.
[16] Con esta nueva legitimación interna, que si bien carecía de carácter legal, el propuesto Gobierno de Acuerdo Nacional se declaró a sí mismo ya enteramente como el Gobierno en funciones y por tanto como el nuevo representante del pueblo libio, papel que fue aceptado por las Naciones Unidas y la comunidad internacional.
[17] El gabinete de Sarraj se convirtió pues en un tercer gobierno en el exilio y con sede en Túnez, con reconocimiento a nivel exterior pero sin ningún poder factual dentro del territorio libio.
La Unión Europea expresó su apoyo al nuevo ejecutivo imponiendo sanciones a los líderes del Congreso —Abu Sahmain— y la Cámara —Aguilah Issa—.
Las milicias islamistas que apoyaban al Congreso General y al Gobierno de Salvación (entonces presidido por Jalifa al-Ghawil, que había sustituido a Omar al-Hasi) trataron de impedir su llegada.
Sin embargo, aquellos componentes de la coalición Amanecer Libio, la cual controlaba la capital, rápidamente declararon su apoyo al Consejo Presidencial.
Cabe destacar, no obstante, dos altercados, y es que la sede del canal islamista Al Nabaa TV[25] y la oficina de Ghawil en la carretera Sikka[26] fueron tomadas por hombres leales al Gobierno de Acuerdo.
[28] El propio enviado de la ONU, Martin Kobler, que se desplazó brevemente a la ciudad.
Al-Sarraj anunció que el Consejo Presidencial no presentaría una tercera lista de ministros hasta que la Cámara se comprometiera plenamente con el proyecto de paz y aceptara o reformara su texto.
Es necesario recordar que la Cámara llegó a votar a favor del plan de paz ratificado en Srijat, pero rechazó el Artículo 8 (que entregaba al Gobierno de Acuerdo Nacional el control del Ejército).
Sin suficientes fondos, el Gobierno no pudo llevar a cabo ninguna medida para mejorar la situación nacional, como, por ejemplo, financiar la reforma de las Fuerzas Armadas.
[32] El 14 de octubre, Jalifa al-Ghawil y otros miembros del Gobierno de Salvación Nacional y del Congreso General Nacional (remanente), que inicialmente habían abandonado Trípoli, reaparecieron en la capital con vehículos armados y tomaron el control del Hotel Rixos al-Nasr, donde se reunía el Consejo de Estado Superior.
Aunque dos meses después, en mayo, Badi y Ghawil intentaron entrar de nuevo en Trípoli, fueron rechazados.