Urbano VII

Entre 1562 y 1563 actuó como legado pontificio de Pío IV en el Concilio de Trento, tras lo cual acompañó al cardenal Buoncompagni, futuro Gregorio XIII, a España como miembro de la legación papal que iba a intervenir en el proceso abierto al cardenal de Toledo, Bartolomé Carranza.

De nuevo en Roma fue nombrado, en 1583, cardenal presbítero de San Marcelo y en 1584 legado papal en Bolonia para, posteriormente y bajo el pontificado de Sixto V, actuar como Inquisidor general del Santo Oficio.

Su papado es considerado como el más corto en la historia desde que, en 1961, la Iglesia católica excluyó de las listas de papas legítimos a Esteban II, quien gobernó la Iglesia durante tan solo 3 días en el año 752, sin llegar a ser nombrado formalmente como Papa.

A su muerte, dejó todas sus posesiones personales a la caridad, que fueron usadas por la Arquiconfraternidad de la Anunciación para la dote de niñas pobres.

Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como De rore coeli ('Rocío del cielo'), cita que hace referencia a que fue obispo de Rossano y Ros significa 'rocío', y a que solo gobernó la Iglesia durante trece días, un periodo tan breve como el rocío del cielo.