[2] En su paso por la Academia no obtuvo ninguno de los premios otorgados por la institución ni la beca para estudiar en Roma, a la que aspiró en 1758, el primer año en que se concedía, adelantado en el concurso por Domingo Álvarez Enciso y José del Castillo.
[3] El cuadro presentado al concurso, con el tema fijado para la prueba, Per Ansúrez ante Alfonso el Batallador, se conserva, con los de sus dos rivales, en la propia Academia.
No obstante, y tras presentar un memorial en el que aludía a su extrema pobreza, en el mes de noviembre del mismo año obtuvo una pensión que le permitió continuar con sus estudios en Madrid, debiendo sujetarse a los mismos principios y plan de estudios que los pensionados en Roma.
Su maestro, a cuyo obrador debía asistir mañana y tarde, sería Antonio González Velázquez, quedando las noches para las clases de dibujo de la Academia.
Sin embargo, a poco de llegar a Nueva España chocó con Jerónimo Antonio Gil, director general de la academia de la que había sido promotor y que gobernaba con mano dura.