En la propia Academia se conservan tanto el dibujo de la segunda prueba como el lienzo al óleo, junto con el presentado por Zacarías González Velázquez que recibió el primer premio.
En 1785 presentó un lienzo con la historia de Abraham e Isaac para ser admitido como académico de mérito, lo que le fue otorgado por unanimidad, y en su solicitud declaraba haber dibujado las figuras por el natural.
[2] En el nombramiento como segundo director de pintura sustituía a Agustín Esteve, que había sido el inicialmente elegido tras el examen realizado a los candidatos en la Real Academia de San Fernando.
[3] Aguirre, su compañero en las clases de pintura, sintiéndose «prisionero» de Gil, retornó de inmediato a España o faltó a sus obligaciones, lo que incremento la carga de trabajo que recaía sobre Acuña, quien se quejaba en carta a Antonio Ponz de verse forzado a trabajar mañana, tarde y noche, a la vez que se le impedía trabajar para particulares, por lo que en 1790 solicitó también permiso para volver a España,[4] llegando a amenazar con el suicidio si no se le permitía abandonar la «Casa de Confusión y Enredos o Casa de Gil» que era en su opinión la academia mexicana.
[8] Desde Ávila solicitó permiso para marchar a su tierra, pero sorpresivamente escapó a la localidad francesa de Bayona, desde donde escribió a Manuel Godoy una larga carta en la que, con muestras evidentes de trastorno mental, le daba cuenta de la «enfermedad nerviosa» que, según decía, padecía desde hacía siete años, y le pedía permiso para ir a París a tomar las medidas de la Venus de Médici y del Laocoonte.