Las montañas ocupan más de dos tercios del territorio marroquí y sus alturas no son nada despreciables, pues varias cimas superan los 4000 m, como el Tubkal, que alcanza los 4162 metros de altitud.
La cima más alta del Rif alcanza los 2456 m en el monte Tidiguín, en la parte central de la cordillera.
El Atlas Medio se extiende de nordeste a sudoeste entre el Rif y el Alto Atlas, separa las llanuras áridas del este y las más húmedas del oeste.
Al oeste, la cadena se suaviza para dejar sitio a relieves más abordables y pequeñas altiplanicies.
El Atlas Medio es la fuente de los ríos más importantes del país.
El relieve del Alto Atlas se divide en tres entidades diferentes: el Alto Atlas occidental, formado durante las eras Jurásica y Cretácica, está entallado por profundos valles y posee la cima más alta en el parque nacional del Tubkal, creado en 1942 en el entorno del Tubkal, con sus 4167 m y el monte Uanukrim (4089 m).
El Alto Atlas central es calcáreo, dominado por un relieve tabular que culmina a 2500 m, con una cima, el monte Ighil M'Goun, de 4071 m. El Alto Atlas oriental se inicia en el río Muluya y está formado por grandes mesetas y cimas como el monte Ayachi (3747 m).
En la costa mediterránea, los veranos son relativamente cálidos y los inviernos suaves.
[2] En Melilla, al este, caen 391 mm en 43 días y las máximas superan los 29.oC en agosto.
Por encima de 1000 m, se vuelve alpino, con inviernos fríos y veranos suaves (Bab Berred).
Por encima de 1000 m, el clima es alpino, con veranos suaves e inviernos fríos (Ifrán, Azrú, Midelt, Imouzzer Kandar).
Las lluvias oscilan entre los 500 y los 1800 mm en el norte, con un importante descenso a medida que se avanza hacia el sur.
En la vertiente mediterránea destaca el río Muluya, la mayor cuenca hidrográfica de Marruecos, en el que se han construido dos presas, que dan lugar al embalse Mechra Homadi (1957) y al embalse de Mohamed V (1967).