Tras su nacimiento, el río se abre paso entre los montes Saghro y Siroua, en el macizo del Anti-Atlas, excavando el cañón de Jeneg Taghia.
Salvado el cañón, baña la ciudad de Agdz, donde empieza el valle del Draa propiamente dicho.
El valle se encuentra jalonado por alcázares (ksur o ksar: castillo, fortaleza) construidos en adobe.
Hoy en día, solo en años de lluvia excepcional el Draa regresa a su antiguo lecho.
De la zona del bajo Draa provenía una tribu árabe conocida como los Beni Saad (o saadíes), que adquirieron gran poder económico gracias a su intermediación en el comercio caravanero del oro.