Los habitantes no nativos no distinguen el empleo del azúcar en algunos platos y acaban mencionando un "ingrediente secreto" sin llegar a saber que se trata del azúcar.
El plato más típico que resume esta forma de cocinar son las "costillas agridulces" ("tangcu xiaopai" en Shanghaines).
El huevo centenario con sabor a jengibre, las albóndigas braseadas y el tofu maloliente son variedades únicas de Shanghái.
Estos puestos callejeros venden también otros panecillos como el Shengjian mantou (生煎饅頭, literalmente "panecillo frito") y el Guo Tie (jiaozi frito), todo ello servido con vinagre negro.
Otro desayuno típico es el cí fàn tuán (糍饭团) consumido igualmente con leche de soja.