Gaspar Osorio Mexía era hidalgo hasta su decimoséptimo abuelo y barón de la Torre de Mejía en Galicia, además de caballero de Santiago, y su familia ya tenía probada la nobleza, ya que estaban emparentados, según había demostrado ante la Real Chancillería de Granada, con los marqueses de La Guardia, con grandeza de España, y los señores de la Higueruela; además eran los titulares del mayorazgo del señorío de las villas de Valenzuela y Picón, tanto en lo espiritual como en lo temporal, por lo que el rey le concedió un nuevo título, el de marqués, con «la denominación de su apellido Mejía, es mi voluntad que ahora y de aquí en adelante el expresado ilustre Don Gaspar Osorio Mejía y Zúñiga caballero de la orden de Santiago y los otros sus herederos, y legítimos descendientes cada uno en su tiempo según se pueda llamar e intitular, se llamen e intitulen Marqués y Marqueses de Torre Mejía».
[1] El título entregado a Gaspar Osorio Mexía premiaba su carrera militar.
Ingresó como cadete en la Real Brigada de Carabineros y logró alcanzar el grado de capitán, distinguiéndose por su valor militar en tallas, reencuentros, funciones, bloqueos y sitios, singularmente en la recuperación de este mi reino de Nápoles.
Contrajo matrimonio con María Francisca Nieto de Guillamas, también perteneciente a la nobleza, y seguramente, por su apellido de Madrid o Guadalajara, con la que no tuvo hijos.
Previamente se celebró misa cantada y pidió que formaran parte del cortejo fúnebre la comunidad de religiosos dominicos, así como todos los franciscanos y todos los sacerdotes y capellanes mayores de las dos parroquias almagreñas.