Tuvo al menos un hermano, Álvaro (1579-) que sería familiar del Santo Oficio como su padre y que tendría descendencia legítima masculina.
Posteriormente se dedicó a la docencia, llegando a ser catedrático de Digesto en la universidad de Huesca.
Después pasó al Colegio del Arzobispo Fonseca en Salamanca, en cuya universidad sería sucesivamente catedrático de: Después pasó a ser magistrado, comenzando por ser juez metropolitano del arzobispo de Santiago en Salamanca, y después fiscal en la Real Chancillería de Granada.
No pudo tomar posesión de ambos nombramientos.
[8] Sus restos fueron depositados en la capilla mayor del convento de San Bernardino en Madrid, siendo después trasladados con toda probabilidad a su villa natal, Alfaro.