Su estancia en la Colegiata debió ser tranquila, ya que hay pocas alusiones al maestro en la actas capitulares.
Pero solo realizó las funciones tres años, ya que en 1712 renunciaba para pasa ocupar los cargos de organista y arpista.
Parece que trató de regresar a Plasencia posteriormente, pero el cabildo lo rechazó.
Desde ese momento hasta 1732, cuando aparece en Guadix, se desconoce su actividad.
Quizás el pensamiento era terminar su carrera en una catedral, una institución de más prestigio que una colegiata.
En 1738 se le dio un salario de tenor que estaba vacante.